Los mayas crearon en el sudoeste de México la civilización más deslumbrante de las Américas. Según la mitología maya, el dios Kukulkán guiaba al pueblo hacia sus máximas proezas; éste lo veneraba como constructor de ciudades, legislador y maestro del calendario. Kukulkán adoptaba la forma de una serpiente emplumada, tan fantástica y estilizada como el arte maya, en el cual las formas se extienden y entrelazan, en fiel trasunto de la vegetación tropical.
Los Mayas recibieron influencias desde la ciudad de
Teotihuacán que controlaba las tierras altas de México desde el primero al
séptimo siglo. Su edad de oro duró unos cinco siglos de 300 a 900 AD.
Luego, ellos cesaron de construir templos, declinaron y se fragmentaron en
diversos estados que fueron un botín fácil para las fuerzas invasoras del norte
como los Toltecas que habían sido desalojados de Tula hacia el fin del décimo
siglo. Estos últimos se volvieron la elite dirigente de los Mayas durante el
período postclásico. Los dios toltecas fueron agregados al panteón maya pero
los Toltecas fueron absorbidos y ellos adoptaron la lengua maya yucateca.
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